
Enrique Ponce, por marcar un hito con sus dos mil corridas, y El Juli, por su regularidad, han sido los protagonistas .
Morante caso aparte....
Caso aparte es el de Morante, artista auténtico, con más técnica y valor de lo habitual en esos diestros, que resucita bellos gestos de tauromaquias clásicas. Con el capote, hoy, no tiene rival: su tercio de quites madrileño, por ejemplo, fue inolvidable.
El Fandi es el líder por número de actuaciones.
No pudo ir a Madrid ni rematar el año José María Manzanares, el más cercano a la cumbre de los jóvenes, por su natural elegancia y su certera espada.
Además del tirón popular, Cayetano tiene plástica y raza torera, pero le sigue faltando oficio: lo propio del que ha empezado muy tarde.
De los novilleros, la clara esperanza del salmantino Juan del Álamo, con buen concepto y valor.
A caballo, hemos disfrutado con la rivalidad de dos grandes jinetes, el magistral Hermoso de Mendoza y el espectacularísimo Diego Ventura. Y tampoco nos olvidaremos de la escalada de Leonardo Hernández.