domingo, 19 de enero de 2025

Orto y Ocaso

 



La Semana Santa es el espejo donde se refleja la historia de la ciudad. No hay periodo histórico que no haya dejado su huella. Nuestra época no iba a ser menos, y en esta tercera década del siglo XXI ya podemos registrar una aportación al acervo semanasantero y nuestras tradiciones. Lo heterodoxo ya no es disidente. Se ha vuelto algo normal y cotidiano. Tiempo quizás de volver a lo clásico sin pedir más o como dijo "Quintero";" buscar la tangente diferente que nos devuelva al camino". Nuestra sociedad se ve invadida por individuos que buscan la fama efímera a corto plazo, el todo vale y cualquier argumento es válido para hacer de capa un sayo.

Las tradiciones de Sevilla están volviéndose, en algunos aspectos, ciertamente friki. No hay más que ver, los adornos de cada sector de nuestras costumbres, que sobrepasan los limites del todo vale. Valga de ejemplo la cartelería cofrade y taurina que se presentan en estos últimos lustros y que se podrá comprobar este año, como cismático de lo que ha de anunciar. Lejano e ilógico de lo que se ha de proclamar.

Demasiadas citas de extraordinarias con un folklore impropio que lo hace tan cotidiano como en muchas ocasiones vulgar. Y en el mundo taurino cada vez menos festejos y carteles para divulgar la fiesta. El todo vale, es lo que apremia.

En esa rapidez de conseguir todo y lo que vale es el resultado u objetivo marcado. Por modelo novilleros que no pueden hacer su carrera por no tener apenas oportunidades y por ende carteles rematados y muy justitos que no dan lugar a la oportunidad emergente. Hermandades que buscan en otros países el ajuar de sus hermandades, como Pakistán con los bordados. Las bandas de música jugando al low cost por petición de quien los contrata y así un largo etc.

No se dan cuenta que para que una sociedad progrese debe apostar por su gente lo primero y en tal caso que no exista lo querido o amado en el ámbito de tu tierra, entonces buscarlo fuera. A corto plazo con ello nos garantizamos perder nuestro sello y ser una parte mas de esta sociedad global. perdiendo siglos de historia y siendo espejo del universo, cuando Sevilla siempre se caracterizo por ser diferente.

Ya lo dijo hace mas de un siglo Núñez de Herrera por denegación y ausencia de nuestra historia: “Sevilla y su Semana Santa en sí, para sí y por sí. Es autóctona, autónoma y automática. Nace y crece como una planta. Dura siete días, pero el tiempo germina los 365 dias por y con su gente”.

En este orto y ocaso de nuestros días la ciudad sigue siendo un sistema de conjunciones. Busca siempre la esencia que siglos atrás siguen manteniendo parte de nuestra gente. Alma y tiempo entregados en este espacio que nos intentan arrebatar con el todo vale.

Existen horas para encontrar la magia de nuestras costumbres que aun no se han perdido y que marcan como un reloj el momento que nos hace abrir la ventana de nuestros ritos. 

Ahora es el tiempo donde volvemos a desvelar el complejo jeroglifico de la memoria sentimental de lo vivido, para retomar nuestras usanzas marcado por la cuaresma. Recato placentero con metaforas que nos brinda esta ciudad que siempre fue el recuerdo de luz de nuestra abuelas. 

Orto y ocaso de nuestros días que nos llevan a otros tiempos de vistosos indumentos, mejores mantillas, tambores, ornamentación, claveles y postres tradicionales.

Pero contrariando este abigarrado panorama, cuartea el aire la recia humanidad de una saeta. Desaparece el cromo, y el alma sevillana se abre en una inmensa flor de misticismo.


Orto y Ocaso

  La Semana Santa es el espejo donde se refleja la historia de la ciudad. No hay periodo histórico que no haya dejado su huella. Nuestra épo...