Para el que no sea de aquí o si lo sea de la antigua Híspalis,
debe entender que todo en esta ciudad gira alrededor de un papel de estraza, allí
donde hay uno, hay vida. En él se puede hacer contratos, versos, poesías,
apuntes, viandas, retratos, trazos de pasión, autorretratos, iconografías, la pasión
a pinceladas…. Un papel de estraza donde se detalla el encargo. Siempre
presente en la vida del sevillano.
Su aspecto exiguo y fugaz, pero siempre actual en una reunión
para conformar una palabra. En esa palabra siempre hay un Sí. Un sí a un todo,
a una Sevilla efímera que se alimenta de esos retales que hacen nuestro futuro.
El papel de estraza sevillano, va impregnados de sueños, ilusiones y magia que eternamente
se convierten en un Sí.
Y ese Sí, tiene un sabor al resplandor sinónimo de una cruz
de guía dorada y destellante. Aroma a una cancela que se abre de par en par. A
las sombras con brillos de primavera dejando caer el resplandor cegador dormido
que se despierta en primavera. A una cruz alta en el campanario. A los ritos
que se hacen gloriosamente una tarde cualquiera, con el calor del verano. A los
penitentes del recuerdo. A una tarde de toros. A una media eterna. O un paseíllo
con la banda tejera de fondo. Al postre de nuestras abuelas.
Ese Sí sabe a amor, que da acceso a los mejores sentimientos.
A una espera que aunque se haga larga, siempre es un Sí. Porque en ese papel de
estraza se dibuja mil formas con una misma respuesta, donde se aceptan los
sueños prestados. Donde los encontraras disfrazados de tabernas, callejuelas,
rincones, atardeceres, ángelus, reuniones o comercios de siglos pasados, que
aun aguantan con la fortaleza de Hercules. Rodriguez Ojeda lo soñó, Don Diodoro
aposto, Lastrucci lo moldeo, Belmonte lo trazo, y tú que esbozaras?
El público ya se va preparando para las fiestas primaverales
sacando su abono de toros maestrante en las taquillas, ahora en marzo es época de
renovación o nuevos abonos taurinos, tambien remozando su silla de carrera
oficial para la semana santa, preparando sus trajes y mantillas
correspondientes e incluso el vuelo de volantes para la feria. Todo empieza a
cobrar sentido, mientras en cualquier tertulia de amigos siempre presente un
papel de estraza como testigo de las modas y los argumentos o sueños por cumplir,
sin dejar de mirar el pasado de donde venimos.
Un ejército desarmado hay en mi interior que poco a poco se
va formando, cuadrándose como una legión romana, buscando un papel de estraza
para interpretarlos con la gente a la que admiro y maestros de su género. El
templo de los recuerdos se va llenando de nostalgia, unas palabras que ahora se
muestran en los labios de cualquier sevillano, amante de esta bendita tierra
Mariana y se transmutan en reflejos diluyéndose conforme se acerca un paso de
palio y comienza a presentirse ese Sí, revelarse que llega la vida con más
fuerza para interpretar las quimeras.
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