La madruga cuando se descalza, se clavan alfileres, sobre el
alma del tiempo descubriendo la senda de la memoria. Espigas que nacen al borde
de las veredas del pensamiento, rasgando a manera de dagas los recovecos donde
se proyectan las alargadas sombras de la nostalgia. Desde el celeste del verano
al azul del invierno, el sol dibuja el dolor de la ciudad en sus gozos. Gestos
y olores que te llevan por los tiempos describiendo los momentos.
Pasear por la antigua Hispalis haciendo reclamo del asombro, porque lo contemplas de nuevo. De nuevo y diferente, ya que no tiene el mismo bálsamo con 20 años que con 30…y menos con 50. En esta ciudad es un reclamo albedriado, compungen en descubrir la confabulación, de lo sencillo. Subir a lo alto de la ciudad y divisarla con vista de águila, derrochando todo el amor que sientes o paseando por cualquier callejón, mientras escuchas el susurro del agua en cualquier fuente casa patio. Un traje de gitana con sus rosas abiertas caminando hasta volver y la brisa otoñal nos trae recuerdos primaverales, despidiendo el tiempo de glorias con el abrigo de la sonrisa.
Pasear por la antigua Hispalis haciendo reclamo del asombro, porque lo contemplas de nuevo. De nuevo y diferente, ya que no tiene el mismo bálsamo con 20 años que con 30…y menos con 50. En esta ciudad es un reclamo albedriado, compungen en descubrir la confabulación, de lo sencillo. Subir a lo alto de la ciudad y divisarla con vista de águila, derrochando todo el amor que sientes o paseando por cualquier callejón, mientras escuchas el susurro del agua en cualquier fuente casa patio. Un traje de gitana con sus rosas abiertas caminando hasta volver y la brisa otoñal nos trae recuerdos primaverales, despidiendo el tiempo de glorias con el abrigo de la sonrisa.
Aquí por la provocación de la pasión provocada hace eterno lo
bello, hace que sepas enhebrar con hilo y dedal la más bella costura de los
sabores, que quizás hasta el menos paladeado, sienta la necesidad de seguir
bebiendo de esta pócima. Unidos en el desconsuelo –que es una de las grandes
premisas para vivir la emoción de esta tierra- suscribiendo el contrato
emocional que nos vinculaba al privilegio de sentir como si todo fuese un
sueño.
Todo empieza contigo Amargura. ¿Cómo quieres que te llame?.
Amargura o Amarguras.
Hasta el mismo Font de Anta se lo preguntaba cada día con su
marcha que cumple en este ciclo 100 años. Y como pasa el tiempo. Te sigo agasajando…pero
no me has contestado. ¿Amargura o Amarguras? Desde los nazarenos pobres que vistieron
de ricos, hasta los ricos que se habitaban de pobres en su cofradía para hacer
penitencia. Como cambio tu hermandad José Prados, que de alegre a silenciosa… y
lo demás de “Silencio Blanco” es de Julio Vera.
A finales de noviembre cuando las glorias se acaban y todo es
luto. Empieza tu besamanos Amargura. Contigo el ciclo concluye y se renueva.
Haces relámpago en la ciudad para traernos Esperanza. Que justo un mes después bajaran
a suelo sevillano para expresarlo. Mientras el Baratillo en su capilla siempre
pone su fecha por el mundo taurino en acción de gracia. Sera el 28 de noviembre
a las 20 horas. Tambien en este compas de espera, Morante de la Puebla deja
entrever que la próxima temporada estará de nuevo en Sevilla, en esta ocasión 3
veces. Una en resurrección, otra en Feria de Sevlla y la ultima en Feria San
Miguel. Precisamente acaba de regalar a la Virgen de la Caridad del barrio del
Arenal un traje de luces que ya funde su cintura como saya. De color verde
botella oscuro y oro.
El traje le valio para una tarde importante en Sevilla en la cual corto dos orejas a un toro de Nuñez, ese mismo día, de aquella noche, dejó el vestido de torear que lució la tarde del triunfo a los pies de la Virgen de la Caridad. Regaló hasta la silla de enea donde estaba colocado el terno.
El traje le valio para una tarde importante en Sevilla en la cual corto dos orejas a un toro de Nuñez, ese mismo día, de aquella noche, dejó el vestido de torear que lució la tarde del triunfo a los pies de la Virgen de la Caridad. Regaló hasta la silla de enea donde estaba colocado el terno.
Silla de enea donde se para el
tiempo, donde se expresa la plenitud de la vida, formulando los ritos,
costumbres y tradiciones. Cuanta magia desprende una silla de enea, cuanto duende.
Tú eres tan sevillana, silla, silla de enea, que
sin ti no habría tal gracia por abril en las casetas. Que acaba Semana Santa y
te llevan a la Feria. Y que la Feria se acaba y en el Rocío te encuentras, y en
la noche del camino suena un quejio, cuando paran las carretas y las hogueras
se encienden. Hay quien te coge de mil maneras y otros tantos que se sientan de
tan viles maneras y tu mientras tanto guardas los secretos de los intimos círculos
que te cierran.
En definitiva
todo empieza contigo Amargura. Todo. Mientras me sentare en una silla de enea para
esperarte como es habitual en tu día, y posterior a ti, buscare atravesar las
lindes de tus entrañas donde se impulsan los sueños. En el tránsito de mis remembranzas,
en este pesado camino que se traza en mi razón, se me cruzan los sentidos y me
pierdo. El afilado dolor hecho espiga vuelve, siempre vuelve y va traspasando la desnudez de mis efusiones,
esos cuchillos sesgados, y las agujas alzándose a mis lados, fortalecen mis
presagios, engrandece mi tristeza.
Es el recuerdo varado, como cuando se para el paso palio, ¿has analizado todos los detalles cuando se para un palio y mientras esta "arriao" ? es el ancla que me fija al destino, buscando tu cara Esperanza, la consciencia de haber vivido y la certeza de encontrar una razón de existir, como ellos la encontraron. Vuelvo sobre mis pies. Oigo la voz del tiempo asolando mi razón. Regresa la luz tiniebla y se instala la emoción. Hay un crujir de maderas, un ímpetu, un clamor. Siempre una silla de enea, donde me siento, una algarabía nueva. Ayer regresé al barrio donde vive prisionero mis recuerdos, el tiempo de mi juventud. Solo quedaba el silencio. Escucho unas palmas a compas y mil impactos que redoblan en despedidas. ¿me guardas el secreto? Con la palabra Silencio, tallado junto a una silla de madera y junco.
Es el recuerdo varado, como cuando se para el paso palio, ¿has analizado todos los detalles cuando se para un palio y mientras esta "arriao" ? es el ancla que me fija al destino, buscando tu cara Esperanza, la consciencia de haber vivido y la certeza de encontrar una razón de existir, como ellos la encontraron. Vuelvo sobre mis pies. Oigo la voz del tiempo asolando mi razón. Regresa la luz tiniebla y se instala la emoción. Hay un crujir de maderas, un ímpetu, un clamor. Siempre una silla de enea, donde me siento, una algarabía nueva. Ayer regresé al barrio donde vive prisionero mis recuerdos, el tiempo de mi juventud. Solo quedaba el silencio. Escucho unas palmas a compas y mil impactos que redoblan en despedidas. ¿me guardas el secreto? Con la palabra Silencio, tallado junto a una silla de madera y junco.