El alba y la aurora en el azul del amanecer que los
mil trazos rodean, hace nacer una luz que se traslada en el tiempo de nuestra
ciudad.
Y aunque el cielo y sol dibujen fantasías,
con sus ángulos de nuestro ser los
cuales nunca cesan en crear la magia de nuestros días, hacen del horizonte jazmín
joven que apremia en pregonar nuestra tierra profunda en aromas .
Pero
al final de las siluetas de Sevilla, y sobre sus pliegues, existe una razón
sincera
dentro de una inexperta mente. Y la brisa, que al saberlo dice, que la verdad y
la suerte solo vienen en el camino donde se cruza la esencia. Golpea descarada la fuente de la inspiración, porque convive fiel y acomodada en el teatro
de la prudencia.
Sevilla siempre fue prudente en formas y exagerada en su
convivencia. De ese equilibrio sale justo la despampanante capital que vivimos.
Una urbe que se ha creado de espejo para el resto de la sociedad como y lo
dijera Chaves Nogales.
En estos meses donde todo vuelve a su ser…con el aniversario
de Don Jesús de la Rosa del grupo Triana creador poeta del rock andaluz y el
gran Silvio. Aniversario de su fallecimiento siempre cuando los caudales de la ciudad
empiezan a respirar una nueva temporada.
Nos despedimos de la feria de San Miguel con un agridulce
sabor de la despedida del Juli. Gran torero que no supo estar a la altura de su
despedida (por no cortarse la coleta en su ultima plaza que toreaba) la critica
esta servida. Así mismo Palacio autorizando diferentes salidas extraordinarias
que hace demasía para el publico cofrade. Con movimientos de bandas de música preparando
su próxima Semana Santa con bailes de hermandades. Todo hace indicar aquello
que lo de “Sevilla fue prudente en formas y exagerada en su convivencia” nos
estamos quedando un poco en mas de lo segundo que de lo primero.
Todo tiene su momento y con la prudencia necesaria todo sabe
mejor. En su justa medida las cosas se paladean mejor. Vivimos en un monto en
el que todo vale…no ahora desde hace tiempo. Y el respeto por el próximo se ha
perdido en todas sus convenciones grafías.
Espero que algún día como dijo Romero Murube, Sevilla vuelva
a tener su gracia pura. Y todo aquel que la convive sepa leer sus teclas para
estar la altura. Y así alguien pensará que un día habrá existido otro
hombre que gozara esta delicia, este silencio, estas luces,
esta risa, esta tristeza dulcísima, irreprimible hacia ese afán
inefable que es más que vida y que muerte... que en su justa
medida y sabiendo leer los tiempos Sevilla es gracia pura. Y solo le queda su
gente para dar por exagerado el momento.