viernes, 23 de julio de 2021

Dualidad

 

Dicen que Sevilla es la ciudad de la dualidad eterna, entrelazada en los tiempos que hace crecer esta tierra. Duplo o pareo que van juntos de la mano dándole a cada momento la magia y arte necesario para ser complemento de un todo llamado a ser la antigua Híspalis. Toda esta dualidad hace entrelazarse para ser un mismo ser.

Aquí en estos lares somos de Belmonte o Joselito, Betis o Sevilla, Triana o Macarena, serios o guasones, vividores o trabajadores…Ya en los tiempos en los que Sevilla era parte del Imperio Romano, surgieron rivalidades en la ciudad. Antes de que el mismísimo Julio César ejerciera su poder en Roma, ocupó el cargo de cuestor (juez) en Hispalis (nombre de la Sevilla romana). Así, tuvo partidarios sobre todo al inicio del ejercicio de su cargo, beneficiados sin duda con sus decisiones. Pero posteriormente surgirían detractores de Julio César que apoyaban la causa de Pompeyo, otro general romano al que el primero derrotó en la importante batalla de Munda celebrada en la provincia de Sevilla. Julio César se vengó de los habitantes que apoyaban a Pompeyo sometiéndoles a una brutal represión, provocando quizás la relación más tensa que haya nunca habido entre un personaje histórico y nuestra ciudad.

Sevillano o Hispalense. Silencio de ruán o Silencio Blanco. Al martillo o a pulso. Beta o Casa del Libro. Joyería Shaw o Joyería Reyes. Cristina Hoyos o Matilde Coral. Betunero o limpiabotas. Corte Inglés del Duque o Corte Inglés de Nervión. Hipercor de San Juan o Hipercor de Sevilla Este. Oriente o Luis Montoto. Correduría o Doctor Letamendi. Feria o Anchalaferia. Terciopelo o ruán. Cíngulo o esparto. El Porvenir o La Paz. Las Cigarreras o Columna y Azotes. Armaos o Centuria Macarena. Los Caballos o La Exaltación. Los Negritos o Los Negros.

Trajano o Adriano. Trajano o Amor de Dios. Nova Roma o La Ponderosa. Rayas o La Florentina. Osorno o Cuervas. Silvestre o Joseliqui. Cerveza o tinto de verano. Tinto con blanca o tinto con limón. Bécquer o Cernuda. Serafín o Joaquín. Antonio Machado o Manuel Machado. Jorge o César.  Juan Guerra o Alfonso Guerra. Antonio Mairena o Manuel Mairena. Bacarisas o Santiago Martínez.  Aníbal González o Juan Talavera. Plaza de América o Plaza de España. Torre Norte o Torre Sur. Torre Pelli o Giralda.

Café migado o café bebido. Manteca colorá o manteca blanca con zurrapa de lomo. Secreto ibérico o presa ibérica. Capirote de cartón o capirote de rejilla. Calle Alcaicería o Casa del Cofrade. Barbería Berro de la calle Manteros o Barbería Los Pajaritos de la calle Betis. Pregón de Semana Santa o Pregón de las Glorias.

Zaguán o sanjuán. Masetilla o mesetilla. Pilistras o aspidistras. Almóndigas o albóndigas. Croquetas o cocletas. Polígono o Políngano. Carrero Blanco o Adolfo Suárez. Mercantil o Náutico. Puerta o Camino. Curro o Paula. Melva o Caballa. Gracia o grasssia. Con gracia o gracioso. Sánchez Pizjuán o Campo del Sevilla. Benito Villamarín o Campo del Betis. Nazareno del Silencio o Nazareno de La O. Cruz de carey del Nazareno del Silencio o cruz de carey del Nazareno de La O. Font de Anta o Gómez Zarzuela. Braña o Gámez Laserna. Callejuela de la O o Caridad del Guadalquivir. Palio de bambalinas o palio de cajón. Canastilla dorada o canastilla de caoba. Delantera o trasera. Costeros o corrientes. Rafael Franco o Salvador Dorado El Penitente. Soria 9 o Artillería 14. Murillo o Velázquez. Sagasta o Gallegos. Barbería o peluquería. Puente del Cristo de la Expiración o Puente del Cachorro. General Polavieja o Manteros. Cerrajería o Cuatro Esquinas de San José. Setas de la Encarnación oliendo al romero que le echan al incienso del Valle o setas de la Encarnación oliendo a perroflauta. Calle Tetuán oliendo al adobo de Blanco Cerrillo o calle Tetuán oliendo al incienso de Enrique que lo vende junto a la Capillita de San José.

Hablando de olores e incienso…La Semana Santa va a más o a menos ya no se en que punto estamos, lo que no siempre quiere decir que va a mejor. Ir a más a veces es una forma de ir a menos y a peor o viceversa. A la Semana Santa, ¿no se le está acaso encendiendo la luz de la reserva y se mantiene por retroalimentación, consumiendo excedentes?

-- La Semana Santa está excesivamente verbalizada. Lo único que nos queda es la verbalización de unos ritos. Le quitas la verbalización y te quedas con una bulla insoportable en una ciudad...

Quizá sea, y perdón por el término, la sambernardización de Sevilla. Durante mucho tiempo funcionó en Sevilla la teoría bernardina, que inventó Isidoro Moreno: el Miércoles Santo, en torno a la cofradía, los antiguos habitantes de San Bernardo volvían por unas horas a recrear un barrio inexistente. Quizá ahora toda Sevilla sea un inmenso barrio de San Bernardo. Todos volvemos a la ficción verbalizada, narrada, dialogada, versificada de una ciudad que quizá ya no existe. Por un paisaje de andamios y de casas en ruina, de comercios tradicionales que cerraron y de modos de vida superados, como San Bernardo antes, las cofradías van ahora por una ciudad idealizada hacia una Campana que ya no es el centro de Sevilla. Lo mismo pasa en el mundo del flamenco y tauromaquia.

La dualidad de esta ciudad hizo que la llama siga viva y por ello sus habitantes saben de ello para degustar su estereotipo y retroalimentarse. Bendita dualidad de olor y calor…Albahaca, yerbabuena, orégano, lirio... Para que luego digan que Rafael de León se inventaba una Sevilla que no existía. Pongan unos acordes a esas palabras y sale la copla sola.

Esta dualidad de Sevilla que olía a jazmines de las tapias de los conventos y a yerbaluisa de los humildes en jardines de las latas de tomate vacías y oxidadas donde las vecinas de los corrales sembraban sus plantas: "Tú te ríes, Rosario, con mi manía de regar las macetas, pero para mí esto es el Parque de María Luisa..." Sevilla dual de fragancias a esparto en la Alfalfa, a barro en Triana, a pan en la calle Guzmán el Bueno. A cuero de zapatería en la calle Regina, a alpargatas en la calle Castilla…

Son como navajas que se clavan en los pies cuando se camina con el alma descubierta por la senda de la memoria. Esas espigas que nacen al borde de las veredas y van mortificando los recuerdos, arañando como estiletes los recovecos donde se proyectan las alargadas sombras de la nostalgia. Dualidades eternas que hoy dia poco a poco se van perdiendo. Y la grandeza de los mismos… cuantos personajes fueron el complemento de un todo. Tantos artistas anónimos y conocidos.

Faltan hoy aquellas miradas que buscaron retos y caminos nuevos. Aquellos que de su ingenio hallaron siempre cruzar el umbral del arte, profundizando en la retina que contiene la luz que instruye la existencia de los hombres conociendo su dualidad. Como aquellos brazos que se anclaban a la madera y convertían en remos de amor las trabajaderas para que el gran barco pudiera navegar por las bravas aguas de la ilusión, con el ímpetu necesario y elegancia debida.

Faltan ímpetu y energía en los sentimientos que nos fueron transmitidos, la chispa y genialidad “sin importar el que dirán” que nos fueron entregados para que traspasáramos de manera natural…y ello andamos.

O como se dice popularmente y últimamente. A Curro Romero se le quiere u odia. Pues eso. Dicho queda.



viernes, 2 de julio de 2021

Vencejos de verano

 

Estos días invitan, con toda la calor del verano, a dar algún paseo por el centro de la ciudad. Da igual si es a primeras horas de la mañana o al caer la tarde. Hace llevarte de forma mistica a otros tiempos como el siglo XIX. Quiero decir que saborear el legado es muy fácil, pues hay mil detalles y en cada cosa que ves, tienes una leyenda o historias con varios siglos de legado.

--¿Pero no hace mucha calor?

--Hace la calor que tiene que hacer. La calor suele venir con tiempo para coger sitio en la Velá de Santana...

Por ello practico lo hablado cada semana y hacía, eso, calor de tarde de cucaña con viento de levante o de mañana de Corpus. Pero en esta estación se ve el casco antiguo de Sevilla con ese sabor de pueblo y de ilusión. Estaba en la calle Francos con ese silencio antiguo que hace más hondo el frescor que sale de Los Caminos, cuando pasas ante la puerta que se abre a los patios de columnas con capiteles de la moña que escoltan las piezas de lienzo moreno. Desde el escaparate de Pascual Lázaro los libros sevillanos veían cómo el cartón del fraile del puntero señalaba la memoria cierta del verano. Todo estaba en su sitio: los galones del sargento de la vitrina de Rodríguez, y los cordones de Alba, y las madejas de algodón de Velasco, y las fajas antivoluptuosas de la Corsetería Modelo, donde parece que toda la lencería femenina acabara de salir de hacer ejercicios espirituales, de lo lejos del pecado que siempre anda.

La botica, la tienda de las lanas, la esquina de cauchos y bragueros, todo estaba en su sitio, antiguo y lento como un piano de Chopin que parecía que iba a oírse de un momento a otro si se abría un balcón... Hasta estaban en su sitio, derritiéndose de la calor de la tarde, los últimos goterones de cera ennegrecidos en el suelo, con un recuerdo de reciente juncia, de lejano azahar de la plata de la crestería del paso de la Virgen de la Concepción.

Y pensé, en este paseíto por el siglo XIX, que hoy, el reloj de arena de Sevilla volverá a marcar la misma hora antigua. ¿No ha gozado usted de la ciudad en soledad estas largas tardes de calor y el murmullo de alguna casa por las abiertas ventanas? En ese murmullo me viene al recuerdo y me gustaría cruzarme con personajes históricos de Sevilla que dejaron su huella. Como Bécquer, Martínez Montañez, Murillo, Lope de Rueda, Juan el Viejo…mas recientes y con su chispa Joselito el Gallo, Manolo Santiago, Pepe Perejil, Silvio, Pedro Lacambra, Picoco, Antoñito Cofradías, Jesus de la Rosa y un largo etc. Que daban vida a esta Sevilla clásica y picaresca. De su mezcla se fundía la magia de esta ciudad…hoy día cada vez mas dormida.

 Es una maravilla la ciudad a las horas veraniegas cuando rompe el alba o el sol toma colores carmesí. Se la dejan a usted, para usted solo, para que la goce en silencio apenas quebrado por el cantar de algún vencejo o iglesia cercana que dobla campanas que corean gargantas que nunca aciertas a saber desde dónde vienen… quizás si. Es un secreto gozo Sevilla en estas horas, en que los coches no circulan, que ni gente hay por las aceras, todos buscan pueblos refugios o playas refrescantes.

En estos días tendrás a Sevilla para ti, como una novia con los padres fuera, para ti, sola. Serán dos meses breves, y Dios quiera que haya, como pasadas tardes, largas prórrogas. Yo te invito, a que mires, como voy a mirarla yo, a la hora de los últimos atardeceres. Sabes que a esa hora Sevilla te estará esperando con el mejor de sus silencios, que hasta oirás las campanas de la Giralda cuando den las horas de la majestad y gloria de la tarde de calor antiguo. Vete por la calle Lineros, alcaicería, barrio Santa Cruz, Sierpes y contempla la soledad de los escaparates, edificios y el legado Andalusí imposible galeón que da su sombra desde la altura de las velas de los Algarines. Sigue por la calle Dados, entre siete mil puertas de rebajas, sal a los árboles de la plaza de la Encarnación, hazte cuenta que eres una cofradía que viene de la Feria , y vete por la calle Regina, por su curva de ballesta, a las espadañas, a la espadaña de San Juan de la Palma, del Espíritu Santo, de la Paz, de Santa Paula, de Santa Isabel... Recorre iglesias fernandinas, portadas ojivales con pétreas puntas de diamante que están esperando rasgar la calor de esta tarde, piérdete por calle Feria y San Julián. Eterna Sevilla, que es mujer, te está esperando, amante cómplice, para entregarse sólo a ti....




Capirotes

  Funde el albor a plétoras, aunque se tracen las sombras, sentirás cómo el alma se ve desbordada por los clamores y las gracias que se tran...