jueves, 30 de marzo de 2023

Nuestra primavera

 

Esta nostalgia que barre las acacias de las callejuelas, 

perfecciona una airosa galería de sombras,

 a la temperatura que fermenta el deseo

entre claridades con acerbo de añoranzas y osamentas irónicas.

Claridad inmediata del espacio con ángulos que reflejan la provocación de la primavera en la piel y unos ojos con el tibio cielo de abril añejo de oro pulido.

Media verónica que espera en la oración del pardo vuelo florecido. Un beso tan grande, nunca dado, que aciaga el deseo prometido de un invierno pasado de la memoria caliza invernal.

Sevilla se promete cada mes de abril consigo misma y te espera en sus fiestas. Rituales cofrades y taurinos que te recuerdan cada domingo de ramos, hay que estrenar algo. Todos estrenamos algo. La ciudad entera es como una antigua exposición de estrenos. Sevilla estrena, cada Domingo de Ramos, el aire, la luz, el olor de azahar, la nueva sorpresa antigua del primer nazareno, el color del albero en los jardines y de su Maestranza para una Resurrección deseada.

---El Domingo de Ramos, el que no estrena, no tiene manos... ¿Tú que estrenas? Algun detalle siempre habrá…

Pero te invito a estrenar ----Las manos...

Manos para tocar Sevilla. Manos para poseer la certeza de este paraíso. Esperar la procesión de las palmas y sus ramas de olivos para tocarlo llevándote a Jerusalén por la memoria del marqués de Tarifa  . Manos para tocar el mármol de las capillas, conventos e iglesias. Que tus yemas toquen el hierro forjado de los siglos.

El tacto del Domingo de Ramos es tuyo, glorioso en un abrir y cerrar de tus pasiones buscando sensaciones. Tocar de nuevo la barandilla del puente esperando a la Estrella o el respiradero de la Amargura en San Juan de la Palma. Manos de madre poniendo la cola al nazareno, manos de penitente agarradas a las cruces, manos de los costaleros de una primera trabajadera asomando por debajo del faldón en una arriada por parejo, manos de músicos de pueblo en los pistones de las trompetas del viejo repeluco de "Virgen del Valle", manos del tío del cántaro y latilla, del que lleva la escalera detrás del palio, manos de nazarenos niños dando cera y jugando en la carrera oficial, manos impacientes de muchachos que miran la hora y esperan a una novia primera debajo del reloj del Ayuntamiento, manos de madres con el bocadillo en la Borriquita, manos taurinas que sueñan con la palma de su mano a dibujar el toreo soñado en una nueva feria, manos con fuerza del capataz en el martillo… que a todos nos anuncia que Sevilla despierta y se estrena a sí misma, que por eso únelas y pídele a Dios por todo lo que nos regala cada primavera.



jueves, 2 de marzo de 2023

Via Crucis en Sevilla

 

Convento, palacio, calle y cualquier esquina que doblemos en la ciudad nos muestran los siglos inconclusos parados en el tiempo. Forja de hierro, la cal, el albero y su cielo azul dan vida a las sillas de enea que están cargadas de historias a golpes de luz, tópico y corazón.

La cuaresma duerme los sentidos y llega marzo con su sol disímil entonando retazos sobre el patio de nuestras almas donde el dolor son bordes abiertos llenos de melancolía.

Estos 40 días son un transito hasta nuestra Semana Santa. 40 días donde realmente el cristiano en estas tierras soleares no dejamos de plegar la fantasía e invariable no romper la devoción de nuestros mayores que nos invita a meditar la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Es recorrer su camino con la Cruz a cuestas, es pensar por cuantos sufrimientos pasó por cada uno de nosotros, para salvarnos, para redimirnos y glorificarnos. Esa es la misión de los Vía Crucis cuaresmales.

En estos días de ayuno y penitencia buscamos la misericordia vacíos y huérfanos de su mirada, qué difícil se nos hace comprender que esto no ha sido el final, sino el principio. En cada chorreón de sangre de una de sus heridas brota nuestras promesas y en el iris de sus ojos reside la certeza de que todavía quedan muchas misiones por cumplir.

Hay algunos Vía Crucis con especial calado como el de la Pía Unión origen de la Semana Santa de Sevilla. Ese es el fruto de un itinerario recorrido a base de tesón y esfuerzo, así como de compromiso y alegría, cuyo colofón se ha resumido en la Casa Pilatos.

Todo merecerá la pena si el mensaje del Evangelio cala en la sociedad en la que vivimos, más allá de debates puramente estéticos. Las manos no hacen al hombre, sino su corazón. Y eso mismo ocurre en cada cuaresma, que tiene tanto músculo para el cofrade que ha sabido abordar esta envergadura con la seguridad de tener todas las respuestas con el pobre, al necesitado, al falto de esperanza e ilusiones, al perdido, al que busca y no encuentra. Porque no hace falta más para llegar al otro, sólo Verdad y Palabra. Sólo Amor. Y es ahí justo donde empieza el camino del tiempo de espera y el espacio que empezó hace mas de 500 años en el templete de la Cruz del Campo.



Capirotes

  Funde el albor a plétoras, aunque se tracen las sombras, sentirás cómo el alma se ve desbordada por los clamores y las gracias que se tran...