En estos días volví a la casa de mi abuela, ya casi en
ruinas, no solo materialmente sino metafóricamente. Pero la esencia sigue viva,
cuando me asome al patio donde se conserva los recuerdos de una vida.
Me hizo eternizar el momento con lo que estamos viviendo hoy
en día, buscando el símil con esta pandemia o crisis sanitaria que ha dejado en
ruinas a media población y vacía de turistas.
Así esta Sevilla. Irreconocible. En todos los aspectos.
Aunque si es verdad, que si nos asomamos al sentir de las tradiciones la llama
sigue viva.
Con naturalidad…con eso que perdió esta ciudad…los más
jóvenes han sabido estar a la altura con esos pequeños pasos de la Santa Cruz,
cantera de tantos cofrades. Se han paseado por las calles de la capital de Andalucía
proclamando nuestro sentir. Cosa que los más mayores e instituciones siguen sin
estar a la altura de las circunstancias.
En estos días de Corpus…hay tres días que brillan más que el
sol. La cosa sigue igual o parecida. Ains…doña Tancreda. Sigo sin entender por
qué no hay toros en la Maestranza este verano, para el Corpus y Virgen de los
Reyes.
Ahora hablan con redundancia y aspavientos que el primer paso
que saldrá a la calle será el Gran Poder. Otra vez un error, si queremos que
todo transcurra con normalidad y más con tantos cofrades de ansias de ver un
paso en la calle. Lo normal es que vayan saliendo o transcurriendo las que
correspondan en el curso cofrade de Glorias. Por ejemplo, el mes de julio con
la Virgen del Carmen seria todo un acierto. Pero….las instituciones son las que
tienen la última palabra. Ya veremos cómo canta el gallo…
Usanzas Sevillanas que deben de tener la normalidad y naturalidad
de otros siglos…y algunos ilusos pensaban que esta pandemia haría sacar lo
mejor de nosotros y resetearnos para valorar lo que tenemos. Y todo sigue
igual.
Buenos igual…igual no sigue…vamos a peor pues hay muchos
Sevillanos ilustres que nos han dejado con esta pandemia y no hay juventud ni
estamentos que apoyen las antiguas tradiciones donde vive la ciudad. Todo un
espejismo de lo que fue.
Ejemplo de ello, Manuel Herrera que defendió el flamenco
hasta ponerlo en el sitio que correspondía. Ahora ya fallecido le dan la
medalla de la Ciudad. Como siempre digo, los reconocimientos en vida y más aún
apoyar a los sevillanos de pro que defienden lo nuestro. No dándole migajas.
En el panorama taurino hay algo de luz con los jóvenes Roca
Rey y Juan Ortega que nos traen esa frescura necesaria para avivar la llama.
Con su fuerza y naturalidad hacen sembrar la ilusión perdida. Ilusión que debe
coger todos nuestros ritos para presentarlos en la sociedad actual.
Retranquear la distancia exacta de la llama, para avivar el
fuego del concebir.
Ya lo decía Miguel Delibes “el encanto de estas sencilla
manifestaciones de Fe y tradición reside, precisamente, es su espontaneidad, en
su improvisación en su falta de ensayo.
También lo narraron los hermanos Alvarez Quintero en 1935 con
la comedia La inglesa sevillana. Federico García Lorca en unos versos
publicados en el poema del cante jondo, asimila todo nuestro profesar en
usanzas de ritos de la ciudad, como algo mitológico lleno de literatura artúrica
o la épica italiana. Incluso José Jiménez Lozano gran escritor definía las
tradiciones de Andalucia que reflejan muy fielmente el rigor y la severidad del
rito sin perder la chispa del pueblo que s la que le da vida.
Y en eso debemos incidir valorando en tornar el torno, como
lo hacen los diferentes conventos de la ciudad. Buscando la esencia y
manteniendo las tradiciones. Mientras los niños nos siguen dando un ejemplo de
vida…
No hay comentarios:
Publicar un comentario