martes, 13 de diciembre de 2011

Peregrinacion de Padilla


Dicen que hay tres elementos fundamentales en la vida de cualquier persona y en especial en los bien nacidos: Fe, Esperanza y Amor…quizás la más fuerte de ellas el Amor pues sin esa premisa nada tiene sentido. El amor es un concepto universal relativo a afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista, habitualmente, se interpreta como un sentimiento relacionado con el afecto y apego, resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes.
El amor de Juan José Padilla hacia su profesión ó vocación como son los Toros es desmesurado, unido con su ambición y reto de superarse día a día, hacen de él un autentico conquistador de emociones, no solo ahora por la cogida sufrida en Zaragoza, si no por toda una trayectoria de su vida personal y profesional por superarse. Tiene una salud psicológica tremenda y el optimismo le soluciona la mitad de sus problemas, además es esencial que Padilla se ve aceptado y respetado por otros y por él mismo. Según Abraham Harold, psicólogo estadounidense (uno de los exponentes de la psicología humanista) explica que el amor es indispensable para tener una autoestima saludable. Y Padilla cumple, a raja tabla, todos los requisitos para seguir avanzando a pasos gigantes, esta vez fueron 40 kilómetros andando, él hizo algunos tramos a pie y otros en coche y le acompañaron también su esposa, Lidia Cabello, y su hija. Juan José Padilla, a pesar de encontrarse en plena rehabilitación tras la terrible cornada de Zaragoza y recientemente intervenido quirúrgicamente, realizó la peregrinación a la aldea de El Rocío con los toreros de Sanlúcar de Barrameda para postrarse ante la Blanca Paloma. Sin duda un duro ejercicio físico, para refrendarse a si mismo su espíritu de superación y dar las gracias con fervor a la Reina de las marismas.
Sin duda en este caso, reflejo el potencial de Juan José, pero son muchos toreros y novilleros anónimos para la sociedad que también son merecedores de dedicarles algunas líneas por su esfuerzo y sacrificio por esta Fiesta tan nuestra como es la de los Toros. En estos días tan entrañables, que todo va terminando, con ello se lleva un año 2011 cargado de muchas nostalgias taurinas y nos avecina un 2012 con ello, una nueva década, para seguir mantenido incluso evolucionando, nuestra mayor pasión que es el amor hacia los Toros. Desde este artículo les deseo a todos los amantes de este bonito mundo como es el Taurino unas Felices Fiestas y un prospero año nuevo con nuevas ilusiones.

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