La ilusión exultando nuestros rostros,
abrigados por la melancolía del verano. ¿Sabes que el verano también tiene
nostalgia? como si fuéramos, émulos de nuestro destino acogemos esta forma de
entenderlo.
Apenas se traspasan los primeros días de Julio, y el calendario aumenta su
densidad, abordando a recorrer los escaparates del recuerdo en un mes que te
invita a todo lo contrario, a vivirlo. Son las expediciones al espejismo, a la conquista de la magia que
ofrecía tras los finos cristales que nos separaban de la fantasía, hechos agua,
en cualquier piscina o playa como
juguete que siempre veíamos correspondido en estas fechas.
Es el
recuerdo de mi gente, la familia y una España dibujada en el recuerdo que
parece que ya no vuelve. Donde los
sentimientos te bañaban con una sonrisa por sentir las tradiciones de vivir San
Fermín, el día del Carmen y la Vela de Santiago ó Santa Ana que los tuyos te hacían corresponder. Yo pedía
un deseo ¿por qué siempre el mismo? ¿Qué
criterio manejaba? Ahora que va pasando el tiempo cobra más sentido, pues lo
que se pedía, no era más que nada cambiase.
Infantil filosofía de Peter Punk como dijo
Sanz, somos nuestra historia y al revés, si tapo mis oídos se me va la
libertad, si no me entiendes, no te entiendo
y al revés, siento un grito que no puedo interpretar. Intento disimular con el
barrido ametrallado del presente, sin entender como dejamos que nuestras
tradiciones se tiren por la borda poco a poco sin que nos demos cuenta de ello.
Pero desde Pamplona nos dan una señal de realidad, sabiendo disfrazar el
presente con nuestras costumbres, para seguir avanzando sin divagar en sortear
la estupidez humana o limitando lo que fuimos.
Hoy como ayer sigo con el mismo ritual, pues así estamos hechos, con alguna que
otra ausencia, pero con el mismo retorno de felicidad cuando en tertulia
seguimos hablando de buenas ganaderías, Chupinazo, Charangas, Hemingway, peñas, pañuelo rojo, color blanco, un periódico,
procesión, corridas ,Santo, Riau-Riau,
pobre de mí, dormir en la calle, La Pañolada a San Fermín y con ello presenciar
el comienzo del encierro por Santo Domingo, ver lo arriesgado de Mercaderes y
estafeta mas contenida y despejada. Yo cada año los recorro con ellos sintiendo
los escaparates del recuerdo, virar una esquina y sorprendernos con el
entusiasmo por lo que amamos. El espectáculo mas bello y hondo que existe en
nuestra tierra y que como siempre me trae multitud de imágenes del siglo pasado
con evocaciones que pienso seguir viviendo. Así pues a disfrutar de San Fermín.
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